En cualquier momento de su vida, los problemas de la piel y los pies pueden
desarrollarse sin que se dé cuenta.
Puede que no sea capaz de sentir una piedra en la parte inferior de su zapato, cuando
camina sobre un trozo de vidrio, o cuando estando descalzo se le inserta una astilla
en la planta del pie. Puede no ser consciente de una lesión o infección de manera
inmediata. Así que tómese un tiempo para revisar su piel y sus pies, cada día.
“Yo uso un espejo para mirarme la planta de los pies, para asegurarse de no tener
llagas o cortadas en la parte inferior, todos los días.”
Revise todas las áreas de sus pies, incluyendo la planta, los talones y entre los dedos.
Si no puede ver fácilmente todo el pie, pídale a alguien más que lo haga por usted.
Haga de estos controles una parte regular de su rutina diaria, de manera que se
conviertan en un hábito. Sólo tardará un minuto.
“No toma mucho tiempo revisar sus pies en la mañana, debe secarlos bien
después de la ducha. Para hacer esto no se requiere mucho tiempo.”
Si usted nota: enrojecimiento, descamación, calor, callos, piel seca o agrietada,
cortadas o llagas que no cicatrizan, sin importar que sean pequeñas, un cambio en la
forma de su pie, hormigueo, dolor, uñas encarnadas, comuníquese de inmediato con
su médico.
Recuerde revisar el interior de los zapatos siempre que los va a usar. Incluso una
pequeña piedra puede causar daños.
Los examenes diarios y un cuidadoso monitoreo pueden ayudar a prevenir una lesión
y a largo plazo protegen la salud de su piel y de sus pies.