Los melanomas usualmente no son dolorosos. De hecho, la mayoría de los melanomas son asintomáticos. El primer signo de melanoma con frecuencia es un cambio en el tamaño, forma, color o cómo se siente un lunar ya existenet. Los melanomas también pueden aparecer como un lunar nuevo, anormal y de color negro. Los síntomas provienen de un incontrolable crecimiento de células. Es importante recordar que la mayoría de las personas tienen lunares y que casis todos son benignos.
Los siguientes síntomas indican que un lunar puede convertirse en un melanoma:
Asimetría:
la forma de una mitad no es igual a la forma de la otra mitad.
Bordes desiguales:
los bordes son desiguales, recortados, difusos o irregulares, y la pigmentación se puede propagar a la piel circundante.
Variación o cambio de color:
el color es dispar, con tonos negros, marrones o color canela, y quizá incluso blancos, grises, rosados, rojos o azules.
Cambio de tamaño:
el tamaño del lunar cambia; en general, crece. Generalmente, los melanomas son más grandes que la goma de un lápiz (5 mm o ¼ in).
Cambio de textura:
el lunar quizá empiece a presentar escamas finas. En la mayoría de los casos avanzados, un lunar se vuelve más duro o voluptuoso. La supuración o la hemorragia de un lunar también puede ser un signo de que hay un problema.
Debido a que no todos los melanomas siguen las reglas anteriores, asegúrese de informar a su médico sobre cualquier cambio o área nueva de la piel que tenga un aspecto diferente. Otras características a las que se les debe prestar atención son los puntos con dolor que no mejoran con el tiempo, o las áreas que pican o que presentan dolor con la palpación.