Cuando se avizoran los días en que ya no seguirá fumando, prepárese, decidiendo
como hacerlo y haga una red de apoyo. Después decida si desea disminuir
gradualmente la cantidad de cigarrillos que fuma o si lo deja de una vez.
Dejar de fumar repentinamente puede funcionar para algunas personas; sin embargo,
a muchos les resulta demasiado difícil manejarlo y tienen más éxito dejándolo poco a
poco.
Disminuir paulatinamente la cantidad de cigarrillos puede disminuir su necesidad
física de nicotina, reduce el tiempo del Síndrome de Abstinencia y le ayuda a cambiar
sus hábitos lentamente. Hable con su proveedor de atención médica acerca de lo que
funcionará mejor para usted.
Otra preparación útil es hacer un compromiso público.
“La verdad estado pensando en dejar de fumar.”
“En serio, es genial.”
Hable con un amigo, familiar o compañero de trabajo acerca de su decisión de dejar
de fumar y pídales ayuda. Dejar que la gente que lo rodea sepa que está tratando de
dejar de fumar, le ayudará a cumplir su plan.
Y decida si quiere o no dejar de fumar, usted solo, con un amigo o con un grupo.
Cada situación tiene sus ventajas. Hable con su médico acerca de qué método es el
mejor para usted.
Dejar de fumar es un proceso y necesitará apoyo a lo largo de ese camino. Busque el
apoyo de amigos y familiares.
Tome ventaja de los materiales escritos, internet y el soporte telefónico disponible
para este propósito. Pregunte a su proveedor de atención médica, el departamento
local de salud o al hospital sobre grupos de apoyo o especialistas para dejar de fumar
en su área, ellos le pueden ayudar.
“Tome clases con el departamento de salud... me parece que es algo muy útil.”
La Asociación Americana del Pulmón, la Asociación Americana del Corazón y la
Sociedad Americana del Cáncer también tienen una gran cantidad de información.
Ingrese a sus sitios web o llame a sus oficinas locales.
Cuando se prepara para dejar de fumar, incrementa sus posibilidades de dejar de
fumar y de mantenerse sin fumar.