El delirio es un estado clínico caracterizado por un cambio agudo del estado mental de una persona. Por lo general, se presenta rápidamente, en horas o días. Se caracteriza por cambios oscilatorios extremos, incluyendo:
Cambios de percepción y de sensación
Dificultades con la capacidad de para:
Concentrarse
Mantener y cambiar de atención
Pensar y razonar con cordura
Funcionar normalmente
Comunicarse con claridad
Causas
Cientos de causas subyacentes pueden dar como resultado el delirio. Algunas de las causas más comunes incluyen:
Los síntomas generalmente aparecen de manera rápida. Pueden variar en gravedad, dependiendo de la causa subyacente. Pueden durar días, semanas o más. Los síntomas suelen empeorar por la noche y pueden incluir:
Incapacidad para poner atención
Confusión
Trastornos de la memoria
Problemas de lenguaje
Desorientación, especialmente con respecto a:
La hora del día
El lugar en el que uno se encuentra
La identidad de uno mismo
Los síntomas graves incluyen:
Malinterpretaciones, p. ej., pensar que el médico que está tratando de ayudarlo intenta lastimarlo
Ilusiones, p. ej., pensar que una persona es otra
Alucinaciones, ver, oír o sentir cosas que no existen
Alteraciones emocionales, como enojarse, atemorizarse o aislarse súbitamente sin motivo aparente
Diagnóstico
El médico le preguntará acerca de sus síntomas y antecedentes clínicos, y le realizará un examen físico. El médico le formulará preguntas específicas sobre:
Lesión o enfermedad presentes
Uso de medicamentos o drogas ilícitas
Hora a la que cambió el estado mental
Cómo y qué tan rápido cambió el estado mental
Existen muchos exámenes que pueden ser utilizados para ayudar a diagnosticar el delirio. Dependiendo del caso específico, puede realizarse cualquiera de estas pruebas, incluso:
Electrólitos de la sangre: para medir los niveles de
sodio,
potasio
y
calcio
Exámenes de función renal y hepática
Niveles de glucosa en la sangre
Hemograma completo
Niveles de vitaminas en la sangre, p. ej., vitamina B12 y folato
Exámenes de la función tiroidea
Cultivos de sangre, para detectar signos de infección
Análisis y cultivo de orina, para detectar signos de infección
Gasometría arterial, para verificar los niveles de oxígeno en la sangre
Pruebas de toxicología, para detectar cualquier droga ilícita en el cuerpo
Niveles sanguíneos de los medicamentos
Radiografía de tórax: un examen que emite radiación para registrar una imagen de las estructuras internas del tórax para detectar signos de neumonía
Electrocardiograma
(ECG): un estudio que registra la actividad del corazón al medir las corrientes eléctricas que pasan a través del músculo cardiaco.
Tomografía computarizada (TC): un tipo de radiografía que usa una computadora para obtener imágenes de estructuras internas de la cabeza
Resonancia magnética (RM): un examen que usa ondas magnéticas para obtener imágenes de estructuras internas de la cabeza
Electroencefalograma (EEG): una prueba que registra la actividad cerebral midiendo corrientes eléctricas a través del cerebro
Tratamiento
El delirio primero se trata al identificar y tratar la causa subyacente. Después, los síntomas se tratan con medicamentos, control psicológico e intervención ambiental y de apoyo.
Los tratamientos pueden incluir:
Medicamentos
Los fármacos que se utilizan para tratar síntomas de delirio incluyen:
Medicamentos antipsicóticos de alta potencia (p. ej., haloperidol [Haldol])
Benzodiazepinas: se utilizan para tratar el delirio causado por la abstinencia de alcohol
Medicamentos colinérgicos: se utilizan para tratar el delirio causado por medicamentos anticolinérgicos, que sirven para los calambres estomacales y los espasmos de intestino y vejiga, entre otros tratamientos
Vitaminas: se administran suplementos vitamínicos específicos si el delirio es causado por una deficiencia
Si toma medicamentos que empeoran su confusión, el médico puede suspenderlos.
Control psicológico
Este tipo de terapia implica ayudar al paciente a:
Este tipo de tratamiento puede ser realizado por médicos, enfermeras o cuidadores. Busca reorientarlo con respecto a lo que lo rodea y reducir la ansiedad. Puede implicar acciones como:
Colocar un reloj y un calendario en la habitación
Obscurecer la habitación en la noche y proporcionar luz natural en las horas diurnas
Mantener la habitación sin ruido y tranquila
Recordarle a menudo el día y la hora, el lugar donde se encuentra y el motivo por el cual se encuentra allí
Colocar objetos familiares alrededor suyo (p. ej., fotos familiares u objetos de la casa)
Prevención
Se han mostrado un número de pasos para ayudar a prevenir el delirio en pacientes hospitalizados con riesgo de delirio. Estos pasos incluyen:
Usar ayuda para la orientación de la memoria
Escuchar cintas de relajación
Hacer ejercicio muy ligero (cuando sea posible y si el médico lo recomienda)
Usar ayuda para la vista y el oído (cuando sea necesario)
Beber muchos líquidos (para prevenir la deshidratación)
El delirio es difícil de prevenir porque tiene demasiadas causas y puede presentarse súbitamente.
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