Health Library Home>Centros de la salud>Salud mental>Article

La Ciencia de la Adicción

Los Estados Unidos es una nación de adictos. Según una encuesta de 2001 dirigida por the Substance Abuse and Mental Health Services Administration (SAMHSA), hay 16 millones drogadictos, 13 millones de bebedores empedernidos y 66 millones de fumadores en los Estados Unidos. Eso no incluye a personas que comen excesivamente, jugadores de apuestas, personas que se ejercitan de manera compulsiva y personas obsesionadas con el sexo. Sin embargo la mayoría de la gente es capaz de comer, beber y ejercitarse sin volverse adicto a esas actividades. ¿Por Qué?

Definiendo la Adicción

Los neurocientíficos definen la adicción en términos médicos como "una enfermedad cerebral . . . crónica, con recaídas." La adicción es considerada una enfermedad cerebral porque altera al cerebro de maneras fundamentales y duraderas. Eso no es sorprendente cuando considera que el cerebro cambia constantemente en respuesta a nuestras experiencias diarias. Por ejemplo, cuando un estudiante aprende que los Peregrinos desembarcaron en 1620, el cerebro se afecta sólo por esa pequeña pieza de información. Imagine los cambios más dramáticos producidos por sustancias poderosas como ¡el alcohol y la heroína!

Hay 3 etapas relacionadas en la adicción:

Los científicos han trabajado las dos rutas principales en el cerebro responsables de la adicción. Primero, hay una ruta mesolímbica mediada por la dopamina. Segundo, la corteza prefrontal, el centro de toma de decisiones, es responsable de controlar cualquier respuesta de recompensa inapropiada. Se ha demostrado claramente que la adicción a la droga puede llevar a cambios físicos en estas rutas.

Las técnicas de imágenes neuronales como tomografía por emisión de positrones y imágenes por resonancia magnética han documentado cambios reales en el tamaño y forma de las neuronas en los cerebros de los adictos. Las redes de neuronas determinan nuestros sentimientos y comportamiento. Las drogas influyen en el comportamiento transformando la manera en que estas redes funcionan, según el Dr. Stephen Hyman, exdirector del National Institute of Mental Health.

La Conexión de la Dopamina

El vínculo biológico entre todas las adicciones es la dopamina. Este químico cerebral se libera durante las actividades placenteras que varían desde el sexo y la alimentación hasta comportamientos más perjudiciales tales como beber y consumir drogas. "Si una droga o una actividad produce un fuerte repunte en la dopamina, existe una enorme posibilidad de que a la gente le gustará, lo experimentarán como agradable y será adictivo," dice Alan Leshner, PhD, del National Institute on Drug Abuse.

Una droga poderosa como un crack de cocaína eleva los niveles de dopamina mucho más rápido que las actividades placenteras normales. Crea los clásicos sentimientos inducidos por la droga de sensación estimulante y poder. En un experimento destacado de 1950, los científicos estimularon cerebros de roedores y encontraron que los animales siguieron regresando al lugar donde recibieron la estimulación.

Volviéndose y Permaneciendo Adicto

Caer en las drogas causado por una disminución en los niveles de dopamina. Si fuerza a las neuronas a producir dopamina excesiva de manera regular, se estresan y producen menos dopamina. Con el tiempo, los adictos se deprimen y necesitan drogas sólo para estimular la dopamina a niveles normales. Se quedan atrapados en un ciclo de ansias y adicción para evitar los síntomas de abstinencia y depresión.

Leshner cree que una vez que una persona cruza la línea de usuario a adicto, el cerebro está tan cambiado que ya no puede controlar su comportamiento. " . . . La verdad es que la adicción no es un comportamiento voluntario. En realidad es un estado diferente," él explica. "Es difícil para la gente entender eso, pero si consume drogas hasta el punto de adicción, funcionalmente se mueve a un estado diferente. Un estado de abuso de drogas compulsivo, incontrolable."

Esta transformación ayuda a explicar por qué es tan difícil acabar con una adicción. "No hay un motivador más poderoso que el ansia por drogas y la necesidad de ellas," dice Leshner. Las ansias son más importantes que el retraimiento físico al mantener a un adicto enganchado. Las drogas como la cocaína y la metanfetamina, distintas de la heroína y el alcohol, no producen síntomas de abstinencia física intensa, pero sí producen ansias irresistibles. Estas ansias pueden despertarse por estímulos externos o internos que son tan inocuos como caminar por un bar o sentirse tristes, según Patricia Owen, PhD, directora de Research and Development de the Hazelden Foundation en Minnesota.

¿Una Personalidad Adictiva?

Aunque los investigadores han intentado determinar el tipo de persona que se vuelve adicta, han fallado en identificar una "personalidad adictiva," según Owen. Sólo después de que la gente se vuelve adicta es que surgen ciertos rasgos comunes de personalidad, como "dificultad de gratificación dilatoria, egocentrismo, falta de concentración e impaciencia," dice Owen.

Sol, un ex alcohólico y drogadicto se volvió orientador de adicción y administrador en una instalación de tratamiento muy importante, cree que usar un término como personalidad adictiva "describe una imagen desesperada. Algunas personas son muy compulsivas, pero pueden cambiar," él dice. Es más, de acuerdo con Owen, el 60% de los adictos usan tanto alcohol como drogas y el 80% de los alcohólicos también fuman.

Muchos profesionales de la adicción creen que la adicción se origina de una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales. "'El Gran Libro' de Alcohólicos Anónimos describe al alcoholismo como una enfermedad física, emocional y espiritual. Sabían los efectos fisiológicos antes de que fueran capaces de hacer las tomografía por emisión de positrones para observar realmente los cambios," dice Owen.

La evolución a la adicción puede desarrollarse de esta manera: Sue podría tener una predisposición genética o biológica a una adicción. Si ella crece en una familia y ambiente sin adicción o estrés, nunca podría comenzar el uso casual. Sin embargo, si Sue crece en un familia estresada o en un ambiente donde el abuso de sustancias es común y se tropieza con más tensiones como adulta con el tiempo, podría pasar del uso casual a regular para la adicción verdadera.

Sabemos que los hijos de alcohólicos tienen cuatro veces mayor riesgo de volverse alcohólicos que los hijos de los no alcohólicos. Los científicos también están estudiando si los adictos nacen con endorfinas inadecuadas, los químicos cerebrales que regulan el estrés.

Dejándolo

Ser un adicto significa que la adicción ha abrumado su existencia total. "Cuando habla con los drogadictos sobre sus experiencias, le dirán que no hay nada en su vida excepto las drogas," dice Leshner. Así que acabar con una adicción a menudo implica cambios del estilo de vida importantes. Para Sol, significó perder a la mayoría de sus amigos que también eran adictos. También tuvo que lidiar con sentimientos que había contenido por años con las drogas. "Usar drogas lo previene de aprender a cómo manejar las emociones. Usted no experimenta el proceso de maduración," él explica.

La fuerza de voluntad no es un factor para dejar la adicción debido a que la adicción también daña esa facultad. Es por eso que Leshner lo llama una "enfermedad de recaídas." La mayoría de los adictos que buscan tratamiento recaen varias veces antes de dejar el hábito.

Tratamientos Nuevos

Durante años, las adicciones a la heroína y narcóticos han sido tratadas exitosamente con metadona, la cual mitiga los síntomas de abstinencia y bloquea el efecto de la droga. La naltrexona es otro fármaco comúnmente usado para la adicción de alcohol y narcóticos.

Un fármaco nuevo, bunenorfina, ha mostrado resultados prometedores al tratar a los adictos narcóticos. Útil para la desintoxicación, la bunenorfina (normalmente combinada con la naltrexona) también puede usarse para terapia de mantenimiento. La bunenorfina tiene menos "efecto de altura" en relación con la metadona y puede recetarse por psiquiatras y otros médicos que han recibido capacitación especial breve. En contraste, la metadona, sólo puede prepararse en una clínica autorizada especialmente. Por otro lado, los científicos están trabajando en una "vacuna" contra la cocaína, la cual podría usarse para inocular a los adictos que recaen.

Sin embargo, es poco probable que una píldora mágica alguna vez sea encontrada para "curar" la adicción. "Sin importar lo que hace con el medicamento, creo que siempre necesitará tratamiento psicológico para proporcionar apoyo y controlar el comportamiento," dice Jan Kaufman, Director de Substance Abuse Treatment en the North Charles Foundation en Cambridge, Massachusetts.

Por otro lado, el ejercicio aeróbico ofrece una manera simple y natural de ayudar a combatir la adicción. Durante el ejercicio aeróbico, los niveles de dopamina se incrementan en las áreas del cerebro involucradas con la adicción y los sentimientos de depresión y ansiedad disminuyen.

Diagnosticando la Adicción

Los problemas de drogas y de alcohol pueden afectar a cualquiera de nosotros sin importar edad, sexo, raza, estado civil, lugar de residencia, nivel de ingreso o estilo de vida.

Podría tener un problema con las drogas o el alcohol, si:

Adaptado de "Just the Facts" publicado por la US Substance Abuse and Mental Health Services Administration.

Fuentes Adicionales:

Drug Abuse: How to Break the Habit
American Academy of Family Physicians
http://familydoctor.org/

National Institute on Drug Abuse
http://www.nida.nih.gov/

The National Clearinghouse for Alcohol and Drug Information
www.health.org/

REFERENCIAS:

Kalivas PW, Volkow ND. The neural basis of addiction: a pathology of motivation and choice.Am J Psychiatry.2005;162:1403-13.

Clay SW, Allen J, Parran T. A review of addiction.Postgrad Med.2008;120:E01-7.

Nordstrom BR, Levin FR: Treatment of cannabis use disorders: a review of the literature.Am J Addict.2007;16:331-42.

Substance Abuse and Mental Health Services Administration website. Disponible en:http://www.samhsa.gov/. Accedido en junio 20, 2003.

Ultima revisión August 2016 por EBSCO Medical Review Board Michael Woods, MD