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Prostatectomía radical


Transcripción

La próstata es una glándula masculina del tamaño de una nuez.

Está ubicada en la base de la vejiga y envuelve a la uretra.

El cáncer de próstata es uno de los cánceres más comunes en los hombres.

La prostatectomía radical es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se extirpan la próstata, el tejido periférico y las vesículas seminales.

Dependiendo de su caso, el cirujano además puede optar por extirpar algunos ganglios linfáticos.

Antes de someterse a la cirugía, se le colocará una vía endovenosa.

Es posible que se le administren antibióticos por vía endovenosa para disminuir las posibilidades de contraer una infección.

Se le administrará anestesia general, raquídea o peridural.

Si recibe anestesia general, se le colocará un tubo respiratorio por la boca y dentro de la garganta para ayudarlo a respirar durante la operación.

Si recibe anestesia peridural o raquídea, no necesitará un tubo respiratorio. Se le administrará un sedante para ayudarle a relajarse.

La prostatectomía radical puede llevar entre 90 minutos y cuatro horas.

Pueden utilizarse diferentes técnicas: prostatectomía retropúbica abierta, prostatectomía perineal abierta y prostatectomía laparoscópica.

En una prostatectomía retropúbica abierta, la próstata se extirpa a través de una incisión que se realiza en la parte inferior del abdomen.

En una prostatectomía perineal, la próstata se extirpa a través de una incisión que se realiza en el perineo, que se encuentra entre el recto y el escroto.

En una prostatectomía laparoscópica, el cirujano inserta los instrumentos en la cavidad abdominal a través de pequeñas incisiones en forma de “ojo de cerradura” o “puertos”.

El cirujano separa la próstata de su estructura periférica y extrae la glándula a través de uno de los puertos levemente ensanchados.

Dependiendo de si el cáncer se ha diseminado o no, es posible que el cirujano también extirpe el tejido que rodea a la próstata, incluidas las vesículas seminales y los ganglios linfáticos.

Independientemente del tipo de procedimiento, el cirujano revisará detenidamente el área que rodea a la próstata antes de extraer el tejido,

teniendo cuidado de minimizar el daño a los nervios que se encuentran en esa área.

Al finalizar el procedimiento quirúrgico, se le colocará un catéter en la vejiga para mantenerla drenada.

El catéter generalmente se dejará en el lugar durante 10 días o hasta 2 semanas después de la cirugía.

Poco después de la cirugía, se le retirará el tubo respiratorio

y se lo trasladará al área de recuperación posquirúrgica para monitorearlo.

De ser necesario, se le administrarán calmantes para el dolor.

Es posible que continúe recibiendo antibióticos por vía endovenosa.

Es posible que le enjuaguen la vejiga de manera intermitente con una solución estéril para limpiar la sangre y los coágulos acumulados.

La mayoría de los pacientes son dados de alta a los dos días del procedimiento.