Su médico puede llevar a cabo una broncoscopia para buscar y diagnosticar problemas dentro de sus pulmones.
Su nariz y boca son puntos de entrada para que el aire ingrese y salga de sus pulmones a través de su tráquea, o tubo aéreo, y tubos bronquiales.
Con cada respiración, sus pulmones inhalan oxígeno y exhalan dióxido de carbono.
Este intercambio de gases es la forma en que su cuerpo hace que su sangre se oxigene.
Una broncoscopia se puede realizar para: buscar, y posiblemente recuperar, un objeto extraño que pudo haber sido inhalado en lugar de haber sido ingerido,
investigar una tos persistente, o una tos con expectoración de sangre, obtener una muestra de mucosidad, tejido o líquido del interior de sus pulmones,
o evaluar una radiografía de tórax o tomografía computarizada anormal.
Antes de someterse al procedimiento, recibirá un medicamento para ayudarlo a relajarse y reducir la tos.
Se insertará una vía intravenosa para administrar medicamentos adicionales.
Se controlará su corazón y presión arterial, y se le dará oxígeno adicional durante el procedimiento.
Se le administrará anestesia local para adormecer su garganta o anestesia general.
Durante el procedimiento, su médico deslizará lentamente un broncoscopio a través de su nariz o boca, pasará por su garganta,
cuerdas vocales, tráquea, hasta llegar a sus tubos bronquiales.
El médico examinará cuidadosamente las paredes de sus vías respiratorias y posiblemente tome muestras para un examen de laboratorio o retire el objeto extraño.
Después del procedimiento, será trasladado a un área de recuperación.
Si se tomó una biopsia, probablemente se le tomará una radiografía de tórax antes que abandone el hospital.
Su médico enviará toda muestra de mucosidad, líquido o biopsia que se extrajo de sus pulmones a un laboratorio para ser examinada;
los resultados deben estar disponibles en una semana.